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Foto del escritorMario Martin Maza Abarca

¿Cuánta Agua Necesitan tus Riñones? Mitos y Realidades sobre la Hidratación

Actualizado: 27 dic 2024


¿Alguna vez te has preguntado si es necesario beber esos famosos “2 litros de agua al día”? Nos han repetido tanto esta recomendación que parece una verdad universal. Sin embargo, ¿realmente es así? En este artículo te explico la relación entre el agua y los riñones, desmiento algunos mitos populares y te ofrezco algunos consejos prácticos para mantener una hidratación adecuada.


El agua y los riñones: una relación vital


El agua es el principal componente de nuestro cuerpo (50-60%). Está en todos los tejidos y órganos, cumpliendo funciones esenciales como transportar nutrientes, eliminar toxinas y regular la temperatura.


Porcentaje de agua en nuestro cuerpo según sexo.

Aquí es donde entran los riñones: estos filtros naturales dependen del agua para limpiar la sangre y regular líquidos y electrolitos a través de la producción de orina. Por esta razón, es importante consumir una cantidad adecuada de agua. Una ingesta insuficiencia puede provocar deshidratación y daño renal, dificultando la eliminación de toxinas, mientras que un consumo excesivo podría sobrecargar la capacidad de los riñones.


Mitos sobre la hidratación y los riñones


Mito #1: “Tienes que beber 8 vasos de agua al día”

La famosa regla de los 8 vasos de agua diarios (aproximadamente 2 litros) es ampliamente popular, pero carece de respaldo científico sólido. En realidad, esta recomendación nació como una simplificación, pero no considera que las necesidades de hidratación varían según muchos factores que veremos más adelante (artículo, artículo).


Mito #2: “Beber más agua mejora la función de los riñones”

Unos riñones sanos son increíblemente eficientes en la eliminación de desechos, y no hay evidencia de que beber más agua de lo necesario mejore este proceso. De hecho, estudios han mostrado resultados contradictorios sobre el impacto de una mayor ingesta de agua en la función renal (artículo, artículo). Por lo tanto, NO existe una cantidad mágica de agua que “limpie” tu cuerpo más allá de los que tus riñones ya hacen.


Mito #3: “Orina clara significa hidratación perfecta”

Aunque la orina clara suele asociarse con buena hidratación, no es una regla universal. Un tono ligeramente amarillo es perfectamente normal y refleja un estado de hidratación adecuado. Estudios han demostrado que el color de la orina no siempre se correlaciona con el nivel de hidratación debido a su alta variabilidad entre personas e incluso en una misma persona. Además, se considera un indicador poco fiable, ya que factores como la dieta, medicamentos y suplementos también pueden influir en su color (estudio, estudio, revisión). Por lo tanto, salvo que notes algo raro, no te obsesiones con el color de tu orina.


Mito #4: “Orinar mucho es señal de riñones sanos”

Está muy arraigado en la población que orinar mucho o con frecuencia es señal de riñones sanos, pero esto no siempre es cierto. De hecho, orinar muy seguido puede ser un síntoma de problemas de salud como diabetes o enfermedad renal (detalle, detalle). Recuerda que la necesidad de orinar con más frecuencia durante la noche (nicturia) puede ser una señal de alerta de que los riñones no están funcionando bien.


Mito #5: “Tomar bebidas con electrolitos es mejor que el agua para hidratarse”

Estas bebidas son útiles después de ejercicios intensos o casos de deshidratación severa, pero no son necesarias para la mayoría de las personas. Para alguien sano con una dieta equilibrada, el agua es más que suficiente para mantenerse hidratado. En el caso de las bebidas deportivas, la Asociación Americana del Corazón, las considera como bebidas azucaradas y, recomienda limitar su consumo, debido a que contribuyen a un mayor riesgo de enfermedad cardiaca y diabetes (detalle, detalle).


¿Cuánta Agua Necesitas realmente? Mínimo Necesario y Límite Superior



Para saber esto, debes tener en cuenta lo siguiente:


En condiciones normales, el cuerpo pierde agua a través de diferentes vías:

·         Orina: Al menos 500 mL al día, cantidad mínima para eliminar desechos metabólicos.

·         Piel y sudor: Entre 300-400 mL diarios, sin actividad física.

·         Respiración: 300-400 mL al día.

·         Heces: 100-200 mL al día.


Esto representa un total aproximado de 1,200-1,500 mL de pérdidas diarias mínimas, que deben reponerse para mantener el equilibrio hídrico y evitar la deshidratación.


Mínimo necesario: Para un adulto sano, la ingesta mínima de agua recomendada para compensar las pérdidas diarias y mantener una función renal normal es de 1.2 a 1.5 litros al día.


Límite superior: En condiciones normales, los riñones pueden excretar hasta 700 a 1,000 mL de agua por hora. Beber más allá de esta cantidad puede provocar acumulación de agua, dilución del sodio en la sangre y una condición peligrosa llamada hiponatremia (detalle).


Balance entre ingresos y egresos de agua.

¿Es difícil alcanzar el mínimo?

No te preocupes, alcanzar este mínimo es muy sencillo con una alimentación equilibrada y escuchando a tu cuerpo. Gran parte del agua que necesitas proviene de alimentos ricos en líquidos como frutas, verduras, sopas o incluso bebidas como té y café. Además, tu cuerpo tiene mecanismos naturales, como la sed, que te indican cuándo necesitas hidratarte. En la mayoría de los casos, llevando una dieta normal y bebiendo agua cuando sientes sed, llegarás a este rango sin esfuerzo.


¿Cuánto es demasiado?

Considerando que no bebemos agua durante las 8 horas de sueño y que solemos evitar un consumo excesivo antes de acostarnos, teóricamente podrías ingerir hasta 10 a 12 litros diarios. Sin embargo, esta cantidad es poco práctica y nada recomendable, ya que implicaría pasar gran parte del día orinando.


El cuerpo humano: una máquina eficiente

El cuerpo humano, refinado durante millones de años de evolución, es una máquina increíblemente eficiente que regula el equilibrio hídrico principalmente mediante la sed y el ajuste de la concentración de la orina. Esto le permite adaptarse a un amplio rango de ingestas de agua, incluso si algunos días no alcanzas las recomendaciones mínimas.

Confía en las señales internas de tu cuerpo en lugar de obsesionarte con mitos. La sed es un sensor natural que te avisa cuando necesitas hidratarte, lo que hace innecesario seguir reglas estrictas para mantenerte bien hidratado en condiciones normales.


¿Cuándo deberías beber más agua?


Hay situaciones en las que aumentar la ingesta de agua más allá de la sed, sí es recomendable, como:

  • Climas cálidos o secos: La alta temperatura y baja humedad incrementan pérdidas de agua a través del sudor y respiración.

  • Actividad física intensa: El ejercicio aumenta la temperatura corporal y la sudoración eliminando más agua y electrolitos.

  • Enfermedades (fiebre, vómitos, diarrea): Estas condiciones provocan una pérdida significativa de líquidos y electrolitos.

  • Cálculos renales: Beber más agua (> 2-2.5 litros/día) reduce el riesgo de formación de cálculos renales en pacientes con antecedentes de litiasis (estudio).

  • Infecciones urinarias: Una mayor ingesta de agua (> 2.5 litros/día) reduce la frecuencia de episodios de cistitis en mujeres con ITUs recurrentes (estudio).

  • Adultos mayores: Con la edad, disminuye la sensación de sed, aumentando el riesgo de deshidratación (revisión).

  • Embarazo y lactancia: Durante estos periodos, la formación de líquido amniótico y la producción de leche materna incrementan las necesidades hídricas.


Consejos prácticos para hidratarte correctamente


  1. Escucha a tu cuerpo: La sed es un excelente indicador para la mayoría de las personas.

  2. Guía simple: Bebe 1-2 vasos de agua entre comidas (desayuno, almuerzo y cena) y ajusta según cómo te sientas.

  3. Usa la orina como referencia: Si orinas más de 6-7 veces al día o te levantas por la noche para ir al baño, podrías estar bebiendo demasiado.

  4. No te obsesiones con las cantidades: El agua que consumes a través de alimentos y otras bebidas también contribuye a tu hidratación.

  5. Adapta según tus necesidades: Considera factores como tu actividad física, clima, dieta y bienestar general. Cada persona es diferente, así que experimenta para encontrar la cantidad que mejor se ajuste a ti y te haga sentir bien.


Mantener una hidratación adecuada es más fácil de lo que parece. Presta atención a las señales de tu cuerpo y adapta tu consumo según tu condición y necesidades. Gran parte del agua que necesitas proviene de alimentos y otras bebidas, así que no te obsesiones con una cantidad exacta. Los riñones son eficientes y se adaptan a diferentes ingestas. Encuentra un equilibrio que funcione para ti y, si tienes dudas o alguna condición especial, como cálculos renales, consulta con un médico o comparte tu experiencia en los comentarios. ¡Me encantará saber tu opinión!


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